Para esta tarde de sábado os dejo una interesante reflexión de una compañera y amiga del reciente curso que realice con Barcelo Activa y IESE. La reflexión hace referencia a un caso que discutimos en clase, el caso " zipcar", liderado por una mujer. Gracias Leticia por esta interesante reflexión.
"Hay un aspecto del caso Zipcar que no salió en la discusión de clase y que sin embargo me ha llamado la atención. Fijaos en que, para ser un curso para mujeres emprendedoras, ha sido el único caso en que la protagonista era una mujer. Robin Chase, fundadora de Zipcar, según se explica en el caso preparado por el IESE, se tomó algún tiempo libre después del nacimiento de cada uno de sus tres hijos y estructuró su calendario de trabajo para poder cumplir su deseo de ocuparse de su familia. Participaba en las actividades escolares de sus hijos y gracias a ello hizo muchos amigos nuevos, padres de compañeros de sus hijos, donde conoció a Danielson, su socia en Zipcar. Ahora Zipcar es la compañía líder en el mercado de coches compartidos. Como Robin, son muchas las mujeres para las cuales el hecho de tener hijos ha supuesto un trampolín en el mundo profesional y empresarial. Yo nunca habría sido emprendedora si no hubiese tenido hijos. Y como yo, muchas más. Esto es extensivo también para los hombres. En el colegio de mis hijos, existe una red laboral de padres que funciona como un grupo de linkedin. Gracias a la escolarización de sus hijos, los padres intercambian ofertas de empleo, organizan jornadas de networking y actividades de formación, encuentran sinergias y emprenden negocios juntos. La primera generación de mujeres trabajadoras en España, la de nuestras madres, aterrizó con éxito en un mundo de hombres y copió sus modelos. Trabajaban duro, llegaban a casa después de las ocho, iban al colegio una vez al año como mucho y maldecían cuando una de sus empleadas estaba de baja por un embarazo. Nosotras hemos aprendido de ellas a esforzarnos al máximo, pero nuestro escenario es diferente. Nosotras, la segunda generación, tenemos a nuestra disposición las nuevas tecnologías que nos permiten estar en varios sitios a la vez. Nosotras, la segunda generación, tenemos maridos que también quieren participar al máximo en la vida de sus hijos. Nosotras hemos aprendido conceptos nuevos como sostenibilidad, conciliación, teletrabajo y flexibilidad. Nosotras hemos sacado partido a internet y a la globalización y nos comemos el mundo. La maternidad no resta, suma."
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